La enfermedad de Alzheimer no parece ser la causa fundamental de demencia en personas con esquizofrenia. Aunque esta población tiene más riesgo de desarrollar demencia antes de los 65 años, el porcentaje de enfermos sin demencia es mucho mayor. Los pacientes con esquizofrenia tienen ya de por sí déficits cognitivos significativos en procesos como la atención, la memoria y las funciones ejecutivas; esas que nos permiten organizarnos y regular nuestro comportamiento en función de metas. Sin embargo, durante mucho tiempo se pensó que esos déficits eran de cierta manera estables, no iban a más.
Demencia es un término que esencialmente implica que la persona que la padece tiene problemas cognitivos tan importantes que le impiden ser independiente en la vida cotidiana. Una persona puede tener mala memoria y seguir siendo perfectamente capaz de vivir sola. La demencia llega cuando esa falta de memoria hace imposible al enfermo, por ejemplo, cocinar o ir a hacer la compra. En el caso de las personas con esquizofrenia, los déficits cognitivos tan importantes que pueden notarse desde el inicio de la enfermedad, generalmente entre los 20 y 30 años, sí se ha comprobado que evolucionan en algunos enfermos hasta el punto de poder considerarse demencia.
Poco se sabe de las particularidades de los síntomas de demencia en las personas con esquizofrenia. Dos estudios realizados en personas fallecidas con esquizofrenia no han encontrado en el cerebro signos semejantes a los de la enfermedad de Alzheimer, aún en los casos en los que se había reportado previo al fallecimiento un deterioro del funcionamiento intelectual grave. Esos indicios apuntan a que tal vez la demencia provocada por la enfermedad de Alzheimer no es el tipo más común entre las personas con esquizofrenia, al contrario de lo que ocurre en la población general, donde el alzhéimer es la causa número uno de demencia. Algunos han apuntado a que puede existir un nexo común entre la degeneración frontotemporal y la esquizofrenia, sin que todavía nadie haya determinado en realidad qué tipo de demencia predomina en la esquizofrenia. En el caso de la degeneración frontotemporal estaríamos hablando de un tipo de demencia que afecta fundamentalmente el comportamiento y el lenguaje.
En cualquier caso, para determinar si una persona con esquizofrenia ha desarrollado demencia parece clave tener un historial clínico en que se haya valorado periódicamente su funcionamiento cognitivo. Una vez establecido el funcionamiento base de una persona, los cambios que se produzcan en el tiempo pueden alertar de una posible demencia. También es importante ver si esos problemas cognitivos fluctúan con los síntomas psicóticos, lo que indicaría que tal vez no es una demencia, o si por el contrario, el declive avanza de forma lenta pero estable, escenario que sí hablaría a favor de la presencia de demencia.
Como es habitual en el tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas, existen enfoques farmacológicos y otros no farmacológicos. Desde este último punto de vista siempre se insiste mucho sobre los cambios en el estilo de vida de las personas con esquizofrenia. En esta población hábitos tóxicos como el consumo excesivo de alcohol y tabaco, así como la alta prevalencia de comorbilidad con otras enfermedades (hipertensión, diabetes, etc) pueden estar contribuyendo a aumentar el riesgo de demencia. Para evitar el riesgo de este mal las personas con esquizofrenia deben ser alentadas a adoptar estilos de vida más saludables.