Los circuitos cerebrales responsables de la incapacidad de sentir placer se han descubierto en ratas, según un hallazgo que podría ayudar a los investigadores a comprender mejor los mecanismos subyacentes tanto de la depresión como de la esquizofrenia. La anhedonia, la incapacidad de sentir placer, es un síntoma central de varios trastornos psiquiátricos humanos, incluyendo la depresión y la esquizofrenia. Sin embargo, poco se sabe acerca de los circuitos cerebrales que subyacen a este síndrome, lo que ha dificultado hasta el momento los intentos de desarrollar terapias para frenarlo

Investigaciones previas de imágenes cerebrales sugieren que la anhedonia podría estar vinculado a una parte del cerebro que se encuentra justo detrás de la frente conocida como la corteza prefrontal medial. Esta región del cerebro está implicada en los pensamientos que las personas tienen sobre uno mismo y sobre los demás, y forma una pieza clave en la organización de la información que llega al cerebro. Ahora, los científicos han llevado a cabo experimentos en la corteza prefrontal medial de las ratas. Se centraron en una serie de neuronas, o circuitos cerebrales, que reaccionan a la dopamina, un químico cerebral relacionado con las respuestas a las recompensas, como los alimentos, el dinero y las interacciones sociales.

Las ratas fueron modificados genéticamente para que los circuitos de dopamina se activaran cuando los investigadores accionaban pulsos de luz en sus cerebros. Los científicos también utilizaron imágenes de resonancia magnética para monitorizar la actividad funcional del cerebro en las ratas. Cuando los investigadores utilizaron la luz para estimular la corteza prefrontal medial, las ratas perdieron su preferencia por el agua con azúcar sobre el agua regular. También tendían a socializar menos. Ambas respuestas son síntomas de anhedonia. Las imágenes cerebrales mostraron que la estimulación de la corteza prefrontal medial reforzó sus conexiones con otras regiones del cerebro, como la corteza orbital y el estriado ventral. Además, como resultado de esta estimulación, unas pocas regiones se aislaron del resto del cerebro, incluyendo las áreas cortezas auditivas y retroesplenial, que han están relacionadas con la depresión y la esquizofrenia en los seres humanos.

«Tenemos que seguir con el desarrollo de la comprensión de cómo funciona el cerebro como un conjunto de un sistema dinámico coordinado para poder entender mejor las enfermedades y poder combatirlas» afirmó el autor del estudio, el Dr. Karl Deisseroth, neurocientífico y psiquiatra de la Universidad de Stanford. Los científicos detallaron sus hallazgos en la revista Science.