Un nuevo estudio realizado en 19 países revela que más de un 5% de la población escucha voces o ve cosas que otros no pueden ver y la mayor parte de esas personas no presenta trastornos mentales graves. La investigación de la Universidad de Queensland (Australia) y la Escuela Médica Harvard (EEUU) incluyó a más de 31.000 personas y se evidenció que la incidencia de este tipo de episodios es más común de lo que se creía hasta ahora.
«Solíamos pensar que sólo las personas con psicosis escuchan voces o tienen delirios, pero ahora sabemos que, personas sanas sin trastonos mentales graves también informan de estas experiencias», explica John McGrath, uno de los investigadores a cargo del estudio. De aquellos que tienen estas experiencias, una tercera parte sólo la tienen una vez y otra tercera parte sólo entre dos y cinco veces en toda su vida, lo que deja claro que no está ligada en todas las ocasiones a sufrir enfermedades mentales graves.
Los participantes en el presente análisis fueron seleccionados al azar. Los investigadores se sentaron con ellos y les realizaron una entrevista muy detallada sobre su salud mental. El estudio encontró, por otra parte, que las alucinaciones auditivas son más comunes en las mujeres que en los hombres; y también que este tipo de alucinaciones son más comunes en las personas de los países más desarrollados.
El profesor McGrath afirma que estos hallazgos podrían ayudar a generar una nueva investigación sobre las causas de estos síntomas aislados. «En particular, estamos interesados en saber por qué algunas personas se recuperan (de ellos), mientras en otras estos episodios pueden progresar hacia trastornos más graves, como la esquizofrenia. Tenemos que entender por qué este fenómeno es temporal para algunos individuos y sin embargo permanente para otros. Podemos utilizar estos resultados para determinar si los mecanismos que causan estas alucinaciones son iguales o diferentes en ambas situaciones”.
Esta conclusión parece coincidir con los resultados de un estudio realizado en 2014 por científicos alemanes y británicos, en el que se constató que personas sanas pueden presentar síntomas similares a los de la psicosis o la esquizofrenia, simplemente por falta de sueño, en concreto, si pasan 24 horas sin dormir. En cuanto a las personas más afectadas por estos episodios, por ejemplo, aquellas que padecen esquizofrenia, se sabe que la predisposición genética juega un papel importante, al igual que lo hacen algunas situaciones estresantes, como haber padecido abusos sexuales durante la infancia.