Los trastornos mentales graves como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, se asocia con un aumento muy elevado de la mortalidad prematura. De hecho está demostrado que las personas con enfermedades mentales graves mueren de media entre 15 y 20 años antes que el promedio de las personas sin trastornos. Esto incluye la muerte por enfermedades infecciosas potencialmente prevenibles, como la neumonía y la influenza. Sin embargo, los estudios previos de mortalidad por enfermedades infecciosas no habían estudiado el impacto que tiene para las personas con enfermedades mentales graves y si tienen más probabilidades de morir después de una infección.
Un estudio danés publicado en la revista The American Journal of Psychiatry ha investigado los riesgos relativos y absolutos de mortalidad en los 30 días posteriores a una hospitalización por algún tipo de infección, entre las personas con enfermedades mentales graves en una gran cohorte poblacional de 11.343 personas de un total de 806.835 que sufrieron estas infecciones. Son datos recogidos en mayores de 15 años entre 1995 y 2011 en Dinamarca. Estas personas seleccionadas tenían un historial de enfermedades mentales graves. 7388 tenían esquizofrenia y 3955 trastorno bipolar. Los autores realizaron una serie de análisis de supervivencia observando las tasas de mortalidad después de la admisión de cualquier infección, controlando los datos de edad, sexo, educación, abuso de sustancias y comorbilidad clínica (como diabetes o enfermedades cardiovasculares).
Dentro de los 30 días posteriores a la admisión hospitalaria por cualquier tipo de infección, 59,735 personas murieron de las más de 800.000 personas analizadas. Las muertes representaron un 9.3% de las personas con enfermedades mentales grave y un 7,4% de las personas sin estos antecedentes. La mortalidad en los treinta días posteriores a cualquier infección fue un 52% mayor en las personas con enfermedad mental grave que en las personas sin estos trastornos. Las tasas de mortalidad fueron significativamente mayor para la esquizofrenia que para el trastorno bipolar y aunque la tasa de mortalidad disminuía con la edad, no se vio afectada por sexo o el consumo de sustancias. Los resultados de estudio son importantes porque algunas de estas muertes pueden ser prevenidas al ofrecer intervenciones individualizadas y específicas.