Como cualquier otra persona los profesionales de la medicina también sufren enfermedades mentales de todo tipo como depresiones, ansiedad o adicciones a alguna sustancia. El Programa de Atención Integral del Médico Enfermo (PAIME) fue creado en 1998 por el Colegio de Médicos de Barcelona para atender a los médicos con problemas psíquicos y/o conductas adictivas. En la actualidad, la mayoría de los colegios de médicos de España han implantado este programa con la ayuda de la Fundación para la Protección Social de la OMC (FPSOMC) y la colaboración de la mayoría de las Administraciones sanitarias con el objetivo de velar por la salud de los profesionales y garantizar la calidad asistencial.

El Programa de Atención Integral al Médico Enfermo nació para ayudar a médicos con este tipo de trastornos que pueden llegar a sufrir uno de cada diez profesionales a lo largo de su vida laboral, con la consiguiente incidencia en su ejercicio de la medicina, y que pueden afrontarse con un tratamiento eficaz. Como en otros colectivos, también los médicos, por miedo, sentimiento de culpa o estigmatización social de la propia enfermedad, tienden a ocultarla y negarla, con la consiguiente repercusión en la vida cotidiana, tanto en el entorno familiar como en el profesional.

Precisamente, la responsabilidad profesional del médico y la concienciación y el apoyo de los Colegios de Médicos, han ayudado a que el mayor porcentaje de médicos que han accedido al programa PAIME lo hayan hecho de forma voluntaria espontánea (77%). Le siguen en porcentaje de vías de acceso al programa la voluntaria inducida (18%), la comunicación confidencial (4%) y la denuncia formal (1%). El PAIME se fundamenta en el deber ético recogido en el Código de Deontología Médica. El artículo 22 dice que «si un médico observara que por razón de edad, enfermedad u otras causas, se deteriora su capacidad de juicio o su habilidad técnica, deberá pedir inmediatamente consejo a algún compañero de su confianza para que le ayude a decidir si debe suspender o modificar temporal o definitivamente su actividad profesional». Y añade que «si el médico no fuera consciente de tales deficiencias y éstas fueran advertidas por otro compañero, éste está obligado a comunicárselo y, en caso necesario, lo pondrá en conocimiento del Colegio de Médicos, de forma objetiva y con la debida discreción. Esta actuación no supone faltar al deber de confraternidad, porque el bien de los pacientes es siempre prioritario».

Precisamente, una de las características de este programa es la confidencialidad, tanto de los afectados como de su tratamiento, ingreso y posterior seguimiento y recuperación. Los mayores porcentajes en los motivos de demanda son los trastornos mentales (67%). Le siguen, el alcoholismo (16%), la patología dual (10%) y las drogas (7%). Sobre quien deriva los casos, el 23% lo hace un colega; el 18%, un familiar; el 7%, un superior, y el 6% el departamento de riesgos laborales (6%). El resto (hasta un 46%) son a modo propio.

En el País Vasco en estos momentos, son 95 los que están en tratamiento, según informa el coordinador del programa, el médico Ángel Alayo y recoge El Correo. «Cada año registramos una veintena de casos nuevos. La mayoría de las veces –añade– son patologías mínimas. Es muy importante tratarlas cuanto antes porque, además de importar la salud de una persona, está en juego la seguridad del paciente. Este segundo aspecto es un objetivo fundamental para los colegios de médicos». Desde que se implantó en Euskadi este programa en 2004 han partido 220 facultativos, una cifra que aunque puede parecer importante en términos absolutos, no es así si se tiene en cuenta que en Euskadi hay 10.000 médicos en ejercicio; es decir quienes a lo largo de una década han precisado tratamiento psicológico o psiquiátrico representan solo un 2,2%del colectivo profesional.

Concretamente en el País Vasco el trastorno psíquico, con un 68,5% de los casos, es el predominante. A mucha distancia –el 14,9% – se sitúa el alcoholismo; el consumo de otras drogas afecta al 9,7%de los pacientes y el 6,7% son enfermos duales; es decir, tienen un trastorno psíquico y también sufren una o más adicciones. Dentro de los problemas mentales propiamente dichos, la ansiedad y/o la depresión como respuesta a una situación estresante son abrumadoramente mayoritarias al suponer cuatro de cada seis nuevos casos.  Los tratamientos que siguen los facultativos son psiquiátricos, psicológicos, terapias de grupo e, incluso, estancia en hospitales. De hecho, en Barcelona existe una clínica de la Fundación Galatea especializada en tratar adicciones y trastornos mentales en médicos y profesionales sanitarios. A ella acuden la mayoría de los facultativos vascos que necesitan un ingreso.