Una de cada cuatro personas que acuden a los centros de atención primaria podría padecer un trastorno de personalidad pero no es detectado por sus médicos de cabecera. Cuando los pacientes acuden con dolores, dependencia a ciertas sustancias o depresión, los profesionales les tratarán para estos síntomas sin que se produzca resultado alguno al no tratar con la raíz del problema. La principal dificultad es que estos médicos no conocen en profundidad los trastornos de personalidad al tratarse de conceptos médicos muy diferentes al resto. Así lo asegura la doctora Andrea González, responsable médico de la Unidad de Trastorno Bipolar de AMSA Avances Médicos, en declaraciones recogidas por El Correo. “Es muy importante que el médico tenga presente este tipo de trastornos porque muchos de los pacientes no son conscientes de lo que tienen, y llegan a la consulta con dolor, o una dependencia, o una depresión, cuando, en realidad, padecen un desorden de este tipo”.
Durante la jornada “El paciente de relación difícil en Atención Primaria” celebrada en la Clínica IMQ Zorrotzaurre de Bilbao, se estudió cómo se presentan los trastornos de personalidad por medio de patrones de comportamiento disfuncionales, que dificultan de manera persistente la adaptación del paciente a las diferentes situaciones estresantes de la vida. Estos pacientes pueden presentar trastornos dolorosos crónicos, acudir a la consulta de forma recurrente, o tener un abuso de sustancias, depresión o conductas suicidas. Suelen recurrir con frecuencia a las consultas, aunque no responden a los tratamientos médicos usuales y tienen una difícil interacción con los profesionales debido a sus típicas alteraciones en la relación con los demás. “El conocimiento sobre los trastornos de personalidad y el diagnóstico adecuado sin lugar a dudas es una herramienta necesaria para poder mejorar la relación médico-paciente y ayudar a estas personas”, agregó la doctora González.
Las alteraciones psicológicas no detectadas previamente, como es el caso de trastornos de personalidad, hacen que los médicos tengan muchas dificultades para llevar a cabo su trabajo porque los profesionales de la salud mental necesitan largas entrevistas para diagnosticar la enfermedad con familiares y para los médicos de atención primaria es más díficil realizarlas.