Los niños con trastorno de negativismo desafiante (TND) se caracterizan por tener una conducta disruptiva, desobediencia, hostilidad y una conducta desafiante hacia las figuras de autoridad. Su comportamiento va más mucho más allá de rabietas o de desobedecer ciertas órdenes y exhiben un patrón consistente de comportamiento agresivo que dura un periodo superior a seis meses. Entre el 25% de los niños con TDAH y 10% de las niñas con TDAH desarrollan este trastorno.
Es más común en niños que en niñas y su condición puede ser diferente según el genero. Los niños pueden ser más agresivos físicamente, discuten y tienen explosiones de ira, mientras que las niñas son verbalmente más agresivas, optan por mentir y se niegan a cooperar. Los primeros síntomas a menudo se manifiestan en la primera infancia y la mayoría de niños la superan entre los ocho y nueve años. En los casos de adolescentes, los síntomas aparecen más tarde y persisten a través de la etapa secundaria.
Los investigadores creen este trastorno está causado por factores psicológicos, sociales y biológicos y en ningún caso por una mala educación. Los hijos de padres con trastorno de hiperactividad y déficit de atención (TDAH), trastorno de conducta, depresión, trastorno bipolar o problemas de abuso de sustancias son más propensos a desarrollar este trastorno. También existen factores de riesgo biológicos que incluyen la exposición prenatal al humo, exposición a tóxicos, o mala nutrición. Un trauma familiar también puede desencadenar el trastorno de negativismo desafiante, así como los abusos familiares.
La intervención y tratamiento temprano pueden ayudar a los niños a superar el TND, y evitar que progrese a una enfermedad más grave, como otro tipo de trastornos de conducta. El tratamiento suele consistir en terapias – tanto individual y familiar – y medicación. Los planes de tratamiento deben adaptarse a los problemas específicos del comportamiento, la edad y las condiciones coexistentes. Si no se trata el trastorno puede persistir durante toda la vida empeorando progresivamente desarrollando un trastorno de personalidad antisocial.